Había una vez, en los albores de la fundación de Hogwarts, cuando Godric Gryffindor y el Sombrero Seleccionador compartían una conexión única y mágica. Ambos tenían una profunda amistad y se apoyaban mutuamente en la difícil tarea de construir una escuela de magia y hechicería.
En aquellos días, cuando los cuatro fundadores todavía estaban debatiendo cómo seleccionar a los estudiantes para sus casas, Gryffindor tuvo una revelación. En una noche estrellada, mientras caminaba por los terrenos del castillo en construcción, encontró un viejo sombrero abandonado. Era un sombrero peculiar, con remiendos y desgastes, pero emanaba un aura de poder.
Godric, siempre curioso y aventurero, decidió probar el sombrero. Al colocarlo en su cabeza, inmediatamente sintió una oleada de energía mágica recorrer su cuerpo. El sombrero empezó a hablarle en un susurro suave, revelándole sus habilidades especiales para leer los corazones y las mentes de las personas.
Con la idea en mente, Godric reunió a los otros fundadores y propuso la idea de utilizar el sombrero para seleccionar a los estudiantes. Todos estuvieron de acuerdo, y así el Sombrero Seleccionador se convirtió en una parte esencial de la historia de Hogwarts.
A medida que pasaban los años, el sombrero y Godric desarrollaron una estrecha relación. El sombrero se convirtió en el confidente de Gryffindor, escuchando sus preocupaciones y anhelos por los estudiantes que llegarían a la escuela. Juntos, trabajaron incansablemente para garantizar que cada estudiante fuera asignado a la casa adecuada, considerando sus habilidades, valores y deseos internos.
En cada ceremonia de selección, Godric sostenía el sombrero en alto, permitiendo que su magia se extendiera por el Gran Salón. El sombrero cantaba su canción, revelando los destinos de los estudiantes y guiando a los futuros magos y brujas hacia su hogar en una de las casas de Hogwarts.
A medida que pasaba el tiempo, el Sombrero Seleccionador se volvió más independiente y adquirió una personalidad única. Desarrolló un sentido del humor travieso y a menudo sorprendía a los estudiantes con comentarios o consejos inesperados mientras les asignaba una casa. Godric y el sombrero disfrutaban de estas interacciones y celebraban la diversidad de talentos y habilidades que llegaban a Hogwarts año tras año.
La historia de Godric Gryffindor y el Sombrero Seleccionador se convirtió en una leyenda en Hogwarts. Su amistad y colaboración se transmitieron a través de las generaciones, y el Sombrero Seleccionador continuó cumpliendo su función, guiando a los jóvenes magos y brujas hacia su destino en las casas de Hogwarts.
Y así, la historia de Godric Gryffindor y el Sombrero Seleccionador se convirtió en un símbolo de sabiduría, amistad y el espíritu de Hogwarts, uniendo a los estudiantes bajo una única bandera mágica.